Las sanciones pueden alcanzar hasta el 150% del valor no declarado si no se justifica el origen de los fondos.
La Agencia Tributaria ha intensificado sus controles sobre los movimientos de capitales de los españoles, especialmente en lo que respecta a la tenencia de dólares estadounidenses y otras divisas extranjeras.
La normativa vigente establece que cualquier persona que posea activos en moneda extranjera debe cumplir con ciertas obligaciones fiscales. El incumplimiento de estas puede acarrear sanciones económicas significativas, incluso si no se ha cometido fraude de manera intencionada.
El objetivo de esta medida es combatir el fraude fiscal y el blanqueo de capitales, obligando a los ciudadanos a justificar el origen y destino de sus fondos.

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Obligación de declarar cuentas y fondos en el extranjero
Los residentes fiscales en España que posean cuentas bancarias, valores, seguros o bienes inmuebles en el extranjero por un valor superior a 50.000 euros están obligados a presentar el Modelo 720.
Este documento debe ser entregado a la Agencia Tributaria antes del 31 de marzo de cada año, informando sobre los bienes y derechos situados fuera del territorio nacional.
El no cumplimiento de esta obligación puede conllevar multas que oscilan entre 10.000 y 20.000 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción. Si se detectan errores u omisiones en la declaración, las sanciones pueden variar desde los 150 euros hasta el 2% del valor de los activos no declarados.
Justificación del origen de los fondos
Más allá de la declaración formal, Hacienda puede requerir a los contribuyentes que justifiquen el origen de los fondos en moneda extranjera. Esto implica presentar documentación que acredite que el dinero proviene de actividades legales y que ha tributado correctamente en su país de origen.
En caso de no poder justificar el origen de los fondos, la Agencia Tributaria puede considerar que se trata de una ganancia patrimonial no justificada, lo que conlleva sanciones que pueden alcanzar hasta el 150% del valor no declarado.

Consecuencias de no cumplir con las obligaciones fiscales
El incumplimiento de estas obligaciones fiscales puede tener consecuencias graves. Además de las sanciones económicas, los contribuyentes pueden enfrentarse a investigaciones por parte de las autoridades fiscales, lo que puede derivar en procesos judiciales y la imposición de penas más severas.
La Agencia Tributaria también ha reforzado su colaboración con entidades financieras y organismos internacionales para detectar posibles infracciones. Por ello, es fundamental que los ciudadanos mantengan una documentación adecuada que respalde la legalidad de sus fondos.